Transformando la Autocrítica en Motivación: Aprendiendo a ser mi mejor aliado

Si eres como yo, seguramente la autocrítica te ha dado dolores de cabeza más de una vez. Es esa voz interna que a veces te dice cosas como “¿por qué no puedo hacer esto bien?” o “otra vez fallé en esta vaina…”. Y aunque suena a que está ahí solo para joderte un poco, la autocrítica puede llegar a ser una muy buena amiga, si sabemos escucharla de forma correcta, claro está.

Aquí algo personal, a veces parece que criticarme es como un deporte olímpico en el que soy el campeón vitalicio 😂, pero en realidad, he aprendido que con algunos ajustes, esta voz (mía misma no estoy loco) puede motivarme a mejorar. Aquí quiero contarte cómo he ido dándole un giro de casi ya 180 grados a esa autocrítica para que sea algo constructivo, o menos dura también.

1. Reconocer la importancia de la autocrítica

La autocrítica no tiene que ser un villano. Al final, muchas veces lo que busca es empujarnos a mejorar o a evitar cometer errores, o cagarla de nuevo. El problema es cuando empieza a sonar como un disco rayado de “no eres suficiente” o “siempre te equivocas” o “siempre la misma huevada”. Así que, antes que nada, hay que saber cuándo es útil y cuándo está fuera de control, tan fuera de control que abruma.

2. Aceptando que la autocrítica también puede ser positiva

Aquí va una cosa que me costó entender: la autocrítica, por más molesta y aveces idiota que sea, tiene una intención positiva. En el fondo, pero bien en el fondo jaja muchas veces queremos mejorar, pero a veces la voz interna se pone dura la desgraciada sin darnos soluciones. Si nos preguntamos honestamente “¿Por qué me estoy criticando de esta forma?”, podemos descubrir si es porque queremos cambiar algo en serio o si solo estamos en un momento de inseguridad o de mucho enojo.

3. Convertir la crítica en pasos reales de acción

Un buen truco es imaginar que le estás dando un consejo a un amigo. ¿Le hablarías tan duro? ¿O le dirías “Oye, creo que puedes hacer esto mejor, pero agárrala suave”? Pensar en eso nos ayuda a separar la crítica de la automejora y no solo castigarnos.

Criticarse sin dirección es como tratar de construir algo sin planos: no llegamos a ninguna parte y todo sale mal. Lo que yo he hecho (aveces) es ponerle rumbo a esa autocrítica, convirtiéndola en algo un poco más específico. En lugar de quedarme en el “fallé en esto”, me pregunto “¿qué podría hacer la próxima vez?”. Y después, definir algo concreto. A veces, es tan simple como mejorar un poco en un área pequeña, pero con eso, ya estás avanzando… todo es un proceso.

4. Cambiar el tono de la autocrítica

Aquí me puse a trabajar en serio, bueno, más o menos. Cambiar el tono de lo que me digo cambió mucho cómo me siento conmigo mismo. Si suelo decirme “nunca hago esto bien”, trato de reformularlo a “he estado mejorando poco a poco”. Este cambio no es inmediato, claro, pero cambia cómo percibes tus propios errores y te permite aprender en lugar de solo sentirte mal.

5. No olvides reconocer tus logros y esfuerzo: ¡Felicítate Ch*cha!

Este punto es fundamental. Si solo te enfocas en lo que falta por mejorar, es fácil perder de vista todo lo que ya has hecho bien y lo mucho o poco que hayas avanzado. Aunque sean cosas pequeñas, cada logro cuenta y refuerza que estás en el camino correcto.

6. Una historia personal (o cómo estoy aprendiendo a NO ser tan duro conmigo)

Hace no mucho tiempo, caí en uno de mis estados mis críticos. A veces ni yo me daba cuenta, pero me estaba limitando con frases negativas, además de todo lo que me estaba pasando, era como un castigo doble. Pero cuando empecé a poner en práctica estas ideas, vi que mi enfoque cambió. En vez de ver cada error como un fracaso, lo veía como un ajuste. Y la verdad, ayudó mucho, la plena.

7. Cierre

Ser autocrítico no tiene que ser un lastre. Puede ser esa chispa que te impulsa, si sabes cómo transformarla en algo positivo. No se trata de dejar de cuestionarte, sino de cuestionarte con amor y cariño (como a la pelada o al pelado) y dándote la oportunidad de mejorar. Así que, la próxima vez que esa vocecita te critique, respira, replantea y dale la vuelta. Ser tu mejor aliado es la clave para avanzar. ❤️

He volado de un lado a otro de esta galaxia. He visto muchas cosas extrañas, pero nunca he visto nada que me haga creer que hay una Fuerza todopoderosa que lo controla todo. No hay un campo de energía mística que controle mi destino. Es todo un montón de trucos simples y tonterías.

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